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lunes, 21 de noviembre de 2016

Love, de Gaspar Noé

Love.


Tengo sentimientos encontrados con esta película. Por una parte me parece bonita, y creo que refleja bien lo que es el amor (por lo menos, del tipo pasional que te acaba haciendo daño). Por otra parte, es bastante deprimente y hace que se te quiten las ganas de creer en el amor o de enamorarte. Por otra parte, hace que quieras estarlo para sentir lo que sienten los personajes en algunas escenas. Por otra parte, hay sexo a mogollón, quizás demasiado, y a veces hace que te plantees si todas esas escenas son necesarias o si directamente estás viendo una película porno.


La película está hecha de momentos. El protagonista es Murphy; en el presente, enjaulado con la madre de su hijo, Omi. No se quieren, lo suyo fue un accidente, y permanecen juntos por su hijo, o porque ya no tienen ningún otro sitio al que poder ir. El mundo de Murphy se tambalea de buena mañana, cuando recibe una llamada de la madre de Electra, su antigua novia y probablemente el amor de su vida, preguntando por su hija, ya que no sabe nada de ella desde hace meses.


A partir de ese momento conocemos la historia de amor entre Electra y Murphy, no de forma ordenada, pero todo está hilado y conectado. Para mí ha sido como ver una relación real. Ves las pequeñas conversaciones, ves el amor y las promesas, ves el sexo, ves los ratos muertos y el cariño, y después las peleas y los celos, para acabar con el declive y la ruptura.


Visualmente, la película es preciosa. Preciosa. Tiene unos planos increíbles, unos momentos mágicos. 
También es verdad que hay otras escenas que dan sincero asco, pero en la vida hay cosas que dan asco.


Hay demasiado sexo, pero los primeros 3 minutos ya te advierten de cómo va a ser el resto de la película. Hay mucha gente que se queja de que no hay un argumento real, y que la película se sostiene solo por este tipo de escenas. No sé, a mí me ha parecido que sí que hay un argumento, que es el mismo que le da título, el AMOR, los momentos que vive una pareja cuando está enamorada, en qué deriva, qué pasa después.


Aunque no nos den detalles específicos de la vida pasada de los protagonistas, a mí no me hacía falta saber más. Quiénes eran estaba presente en las conversaciones en las que hablaban de sus sueños y sus proyectos. Aunque no den explicaciones sobre el pasado de Electra o de Murphy, esos pequeños momentos de sinceridad que tienen te ayuda a que los conozcas. 


Sobretodo hace que te cuestiones el amor. Cuando Murphy sale con sus anteriores novias, diciéndoles que son el amor de su vida, y parece que lo dice de verdad, te da que pensar. En realidad la vida está hecha de momentos, y aunque dejen claro que el amor es un juego de perdedores y que te puede hacer sufrir, no puedes escapar de él, porque es el que le da sentido a la vida.




El personaje de Murphy me ha encantado. Es un americano que vive en Francia y que quiere ser director de cine. Me gusta su apartamento y me gusta él. Es un bicho raro que está sinceramente enamorado de Electra. Es muy miserable y está muy atormentado. Me gustan los personajes así.


Electra, hay que reconocerlo, es preciosa. Muy misteriosa, muy sexy.

De hecho, una de las primeras cosas que te enseñan es la ruptura, de hecho, para después ir entramando lo que fue la relación. Primero ves el odio, y después conoces el gran amor que había detrás.


Sin duda, Murphy fue un capullo y se merece lo que tiene, pero no puedes evitar sentir cierta pena por él, porque está realmente enamorado de Electra y ha echado su vida a perder por una mala decisión, y se desprecia a sí mismo.



Al serle infiel y destrozar el gran amor que se tenían dejando embarazada a otra chica, Electra cae en un espiral de destrucción. Tampoco es que fuera una chica modelo antes, pero en ese momento parece caer muy hondo, toda su dulzura se esfuma. Y esas escenas gritándose el uno al otro son escalofriantes.


Me gustó la parte en la que Murphy está gritándole a Electra lo mala madre que sería, diciéndole que no tiene talento en la pintura, que no vale para nada... solo porque está enfadado y dolido con ella. A pesar de que piense todo lo contraria, y quiera tener un hijo con ella, y le encanten sus pinturas... Es el reflejo de esa relación tan tormentosa, intensa y pasional que tienen, y lo mucho que el dolor puede hacer que digamos cosas que en realidad no sentimos, a menudo a las personas que más queremos.


Así que básicamente Murphy está encarcelado en su propia casa, la cual ya no siente ni suya, con su novia impuesta, a la que odia, y todos los recuerdos de Electra revueltos y esparcidos por su cabeza.



Pobre Murphy, ha tenido el peor de los castigos. Saber que ella está por ahí, en algún sitio, pero no poder saber dónde, ni si está bien, ni qué está haciendo, ni con quién. Ninguno de los dos fue perfecto, pero digamos que Murphy fue el que apretó el detonador y el que hizo que todo explotara al final.



Al final de la película sientes que conoces a la perfección la pareja que forman estos dos, de una manera extremadamente personal e íntima. Y eso está bien, y algo que no se da mucho en el cine.


De esta manera, puedes ver desde el primer momento en que se conocen, y en qué deriva todo, el daño y el bien que se hacen el uno al otro, y cómo terminan separándose y teniendo vidas opuestas e infelices. Pocos amores se encuentran de una forma tan pasional, por eso quedan tan marcados. Y por eso Murphy es TAN infeliz después de Electra.



Y podemos mencionar la escena final de los dos abrazados en la bañera con la luz roja? POR FAVOR, QUÉ PRECIOSIDAD.


No me lo esperaba, pero me ha encantado esta película. Es una película hecha enteramente de emociones. 




For years I have dreamed of making a film that would fully reproduce the passion of a young couple in love, in all its physical and emotional excesses. A sort of amour fou, like the quintessence of that which my friends and I have lived. A contemporary melodrama incorporating multiple love scenes and transcending the ridiculous division that dictates no normal film can contain overtly erotic scenes, even though everyone loves to make love. Although, in most cases, it's here that the essence of the attraction within a couple lies. The starting position was to show intense passion in a natural way - animal, playful, joyous, tearful. Unlike my earlier films, for once it is about nothing other than sentimental violence and loving ecstasy. 

Despite its modest budget, this colourful film, in CinemaScope, was shot in 3D thanks to the latest cameras. I hope that this decision will create a more immersive experience for the spectator. Fascinated by three dimensional images for years I have taken an endless succession of photos in 3D, both analogue and digital. The stakes are even higher, and the experience more troubling, when one is fighting a loved one who is dying. Returning later to the images, one has the feeling of having retained an almost living part of the person inside a small box. A three-dimensional image gives the impression, albeit childish and illogical, of having seized a moment of the past far better than any flat image can. As this film relates the story of a lost love, I felt that 3D would allow the viewer a greater sense of identification with the lead character and his nostalgic state. In the same way, voiceover and the choice of music are used to better reflect the emotional failure of the protagonist, as lost in his acts as he is in his thoughts.

More than in my previous films I owe the result to the daring and trust of the actors - Aomi, Klara and Karl - who joyfully agreed to play the three main roles. Thanks to their commitment, their talent and their charisma, LOVE has become 100 times better than I could have hoped. As for the film's very existence, I owe it to the unique Maraval that you will have the good fortune to experience it on the big screen and 3D.

Of all my films, this one is closest to what I have been able to know of existence, and also the most melancholic. And it gives me a lot of pleasure to be able to share this short tunnel of joys and ecstasies, accidents and mistakes.

Gaspar Julio Noe Murphy.