Ayer vi la vida de Adèle, una película francesa
basada en la novela gráfica de Julie Maroh ("Blue") y dirigida por
Abdellatif Kechiche.
La película fue estrenada en España en 2013, y
arrasó en todas las entregas de premios, Cannes y todo lo demás. Fue rodada
principalmente en Francia.
Cuando vi que la película duraba 3 horas me
sorprendió mucho. Pensé que se me haría terriblemente lenta porque vi que la
mayoría eran planos lentos y en silencio en los que aparentemente no pasaba
nada, y únicamente seguía la vida de la protagonista, Adèle, con toda la rutina
y la monotonía que eso conlleva. Sin embargo, cuando la empiezas a ver hay algo
que te empuja a seguir viendo, y las 3 horas acaban haciéndose cortas.
Adèle Exarchopoulos, la protagonista que hace de
Adèle, y que aparece en tooodas las escenas, me sorprendió muchísimo. Su
actuación me encantó, me fascinó. Es una chica preciosa y me sorprendí a mí
misma fijándome en cada detalle de su cara, y no de una forma aburrida, sino
con interés, curiosidad. Es una persona que te atrapa, y al fin y al cabo es
normal que Emma la utilice como musa. Adèle es arte.
Me ha parecido un personaje adorable, todo amor, y
muy real. Es una chica buena, tímida. Que siente las cosas tal y como las
siente y que intenta vivir de la mejor manera que sabe, aunque los demás a
veces no se lo quieran poner tan fácil.
Una de las cosas que más me ha gustado ha sido la
evolución de los personajes. Y la evolución de la relación entre ella y Emma.
Al ser la película tan larga, la relación no parece precipitada, sino que
parece que todo pasa a su debido tiempo. Cuando conocemos a Adèle, al principio
de todo, es muy joven y está en el instituto, con unas malas amigas y una
crisis existencial muy grande debido a su sexualidad.
Un día ve a Emma (interpretada por Léa Seydoux),
una artista de pelo azul, y se enamora a primera vista. Léa también es
preciosa. Tiene la mejor sonrisa ever, con esos dientes separados. Lo que
envidio de Adèle es lo bien que le quedan los moños despeinados. A mí no me
quedan así, lo puedo asegurar.
Así que tenemos a estas dos chicas en una historia
de amor. El resultado es visualmente precioso. En todo momento me ha gustado
que la cámara estuviera tan cerca de las caras, que mostrara todos los
detalles.
Emma integra a Adèle en su mundo bohemio, con sus
amigos artistas y sus pinturas, y la utiliza de musa. Adèle, en cambio, tiene
sueños menos artísticos y es feliz siendo profesora.
(SPOILER) El drama se desata con la ruptura. Adèle
es infiel y la relación termina irremediablemente. A lo largo del tiempo las
chicas se vuelven a reencontrar, pero la cosa acaba quedándose en nada.
A veces en las películas parece que continuamente
tienen que estar pasando cosas para mantener la atención del espectador, y
continuamente están sucediendo cambios de trama y giros, pero aquí no. Esto es,
como indica el título, la vida de Adèle. Una vida normal, de una chica
enamorada, de una chica en una relación, y de una chica con el corazón roto. No
hay grandes momentos de tensión, no hay un gran drama. Hay una vida, con todo
lo que eso conlleva, hay alegría, buenos momentos, tristeza, malos ratos. Y así
se mantiene, sin música dramática de fondo, sin grandes tragedias. Pero aun así
consigues conectar con ellas, sobre todo con Adèle, y ponerte en su piel.
El entorno de las chicas también es interesante.
Primero, los padres de Adèle, serios, convencionales, clásicos. No puede
decirles que está saliendo con una chica. Después los de Emma, artistas,
bohemios, que proponen un brindis por el amor. Las amigas de Adèle, que más que
amigas únicamente parecen interesadas en su vida amorosa para poder cotillear y
juzgarla, y que la crucifican cuando sospechan que es lesbiana.
Finalmente Adèle termina abandonando a sus amigos
del instituto, y yéndose a vivir con Emma.
Adèle parece depender más de Emma, ya que ha
construido su nueva vida entorno a ella, contentándose con ser su musa. Por eso su mundo se destruye cuando su relación se rompe, y además
carga con el peso de la culpa por haber sido ella la que la engañó, por mucho
que Emma estuviera tonteando con la otra rubia y dejándola un poco de lado.
La película acaba con Adèle visitando la
exposición de arte de Emma y sintiéndose fuera de lugar. Como si aún tuviera
esperanzas de formar parte de ese mundo, del de Emma, pero ya no hay sitio para
ella y su momento ha pasado.
Esta no ha sido una de mis películas favoritas,
pero sin duda ha sido interesante de ver y es una muy buena película. Es muy
humana y real.
Ahora, unas cuántas curiosidades.
Las chicas van sin maquillaje durante la mayor
parte de la película, y al parecer no había ni maquilladores ni peluqueros en
el set. Las actrices solo leyeron el guion una vez; lo que el director quería
evitar era que lo memorizasen línea por línea, e insistía en que improvisaran
para que fuera lo más natural posible y no pareciera forzado. En total rodaron
800 horas. Se iba a grabar en 2 meses, pero terminaron siendo 5 y medio.
Una gran parte de las escenas de Adèle (que hay
muchísimas) son de la actriz cuando no estaba interpretando (y me lo creo
totalmente, porque son muy naturales). La grababan mientras comía o cuando
dormía en el tren, de camino al set. La gente del set la llamaba Adèle, en vez
de Clementine (que era el nombre original de la protagonista en la novela
gráfica) así que finalmente todos estuvieron de acuerdo en cambiarle el nombre
al personaje y llamarla como la actriz, Adèle.
Adèle dijo que fue escogida para interpretar a la
protagonista por la manera en que comía. En el momento de la grabación Adèle
tenía 18 años, y Léa 26.
Adèle empezó a salir con Jérémie Laheurte durante
el rodaje, que interpreta al primer chico con el que se acuesta Adèle y al que
acaba dejando. Guapísimo.
Léa Seydoux, Emma, fue a clases de pintura y
escultura para prepararse para el papel. Antes de comenzar la película leyó
mucho sobre arte, filosofía y se dedicó a visitar museos. Para interpretar los
rasgos masculinos de la forma de ser de Emma, el director le recomendó que
hiciera más ejercicio y que se fijara en las películas de Marlon Brando y James
Dean para que adoptara la esencia masculina.
Se cortó el pelo y se lo tiñó de azul meses antes
de comenzar a grabar. Durante el rodaje tuvo que volver a teñírselo casi
diariamente para que durase el color, y en ocasiones el mismo director era el
que se encargaba del color.
Las condiciones de Léa para interpretar a Emma
eran estas: no cambiarían el nombre del personaje por su nombre real, no
fumaría cigarrillos de verdad (porque lo había dejado hacia 2 años), no tendría
sexo de verdad delante de la cámara, y no llevaría su propia ropa para la
película. Además se pasó un año trabajando el personaje con el director antes
de empezar a grabar. El director eligió a Léa diez meses antes de empezar, ya
que pensaba que compartía la belleza, la voz, la inteligencia y la libertad de
Emma.
Ambas actrices han dicho que la relación que
tuvieron en la pantalla fue real hasta cierto punto, y que como resultado
siguen siendo amigas muy cercanas.
Adèle conocía a Léa de haberla visto en
"Bella Espina" y por los anuncios de Prada que había protagonizado,
pero nunca la había visto personalmente antes de rodar con ella.
Adèle dijo que la primera escena que grabó con
ella fue la del sueño que tiene con Emma, y le parecía cómico y absurdo conocer
a alguien por primera vez estando ambas desnudas. Asegura que se río cuando vio
a Léa acercarse a su cama sin ropa pero añadió que ayudó a romper el hielo y a
establecer un nivel de comodidad que les permitió tener confianza entre ellas
en escenas más íntimas en las que se sentían más vulnerables. El director
utilizó esta escena para poner a prueba la entrega de Léa, y para forjar una
complicidad entre sus protagonistas.
Sin embargo, ha habido mucha polémica con el
método de trabajo del director. Al parecer era capaz de repetir cientos de
veces una misma escena, aunque fuera pequeña o sin demasiada importancia, con
tal de que tuviera ese realismo por el que se caracteriza la película. También
se ha dicho que su manera de trabajar era abusiva, y ambas actrices han
declarado que no quieren volver a trabajar con él en el futuro y que la
película parece tan real porque el director las llevó hasta el límite, hasta el
punto en que estaban sufriendo de verdad.
"Fue horrible", aseguró Léa, a lo que el
director contestó: "Si no hubiese nacido entre algodones, no hablaría así
(refiriéndose a que la familia de Léa es un peso pesado de la industria
cinematográfica francesa). ¿Cómo se atreven a hablar de dolor cuando tienen uno
de los mejores trabajos del mundo?".
Al parecer Adèle se cortó en la escena
en la que Emma la empuja, echándola de su casa, pero que el director se negó a
dejar de rodar a pesar de que estaba sangrando y manchándolo todo.
Adèle ha revelado que la escena de la ruptura fue
la más difícil de rodar, mucho más que las escenas de sexo, y que estaba
llorando de verdad porque les llevó toda la noche grabarla, sin descanso. El
director le ordenó a Léa que le pegara de verdad.
El director había accedido a hacer una película de
2 horas, bajo contrato. Pero al enseñar a los productores las dos versiones
distintas del film, acordaron que la versión larga era mejor.
La premisa de la película se le ocurrió al
director mientras grababa su segunda película, "La escurridiza, o cómo
esquivar el amor". Durante esta época conoció a profesores que tenían una
pasión muy fuerte por escribir, pintar y leer, y esto le inspiró para llevar acabo un guión sobre la vida personal y la
carrera de una profesora francesa que conoció. Sin embargo, solo pudo finalizar
el concepto que tenía en mente cuando descubrió la novela gráfica de Julie
Maroh, y se le ocurrió cómo podía mezclar su guión sobre una profesora de
escuela con la historia de amor entre mujeres de Julie.
Hay muchas escenas de sexo en la película, largas
y explícitas, en total 10 minutos de estas tomas. Una de ellas se filmó en 10
días. Las actrices han dicho que cuando las rodaban procuraban bromear y
reírse, lo que las ayudaba a soltarse y estar más cómodas la una con la otra.
Algo que me pregunté, queda resuelto con esto; para las escenas de sexo oral
llevaban puestas prótesis de vaginas. ES QUE PARECÍA TAN REAL, no entendía cómo
lo podrían hacer y que quedase tan bien, sin hacerlo de verdad.
La autora de la novela, que es lesbiana, declaró:
"Me parece que en el plató faltaban lesbianas. Desconozco las fuentes de
información del director y las actrices, y a mí nunca se me consultó. Quizás
había alguien imitando de forma rara las posibles posturas con las manos o
enseñándoles algo de pornografía de supuestas lesbianas. Salvo en algunas
secuencias, me pareció un escaparate brutal y quirúrgico, exuberante y frío de
supuesto sexo entre lesbianas que se convirtió en porno y me hizo sentir mal de
inmediato". Aun así, quedó muy contenta con el resultado de la película y
con la versión que el director hizo de su historia.
Por primera vez, la Palma de Oro de Cannes premió
a las dos actrices principales de la película, cuando lo que hacen normalmente
es dárselo al director. La película fue la primera adaptación de una novela
gráfica en ganar en Cannes.
En Cannes la película impactó a varios críticos
por sus escenas de sexo, que eran largas y muy gráficas, y sugirieron que
quizás necesitase más edición antes de poder proyectarla en el cine.
Las dos actrices ganaron premios, con un jurado en
el que estaba incluido Steven Spielberg, Ang Lee y Nicole Kidman.
El título en francés también tiene un subtítulo,
"Capítulo 1 y 2". El director ha explicado en entrevistas que puede
que continúe contando la historia de Adèle en futuras películas.
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